¿Estás pensando en tomar colágeno?
Tomar colágeno se ha puesto de moda para optimizarar el aspecto de la piel y mejorar la salud. Descubre la realidad sobre este nuevo engaño del mercadeo y pseudociencia.
¿Qué es el colágeno?
El colágeno es una familia de proteínas de origen animal que se organizan formando fibras. Este colágeno es sintetizado en nuestras células, constituye alrededor del veinticinco por ciento del peso corporal. Aunque se encuentra entre las células de la mayoría de tejidos, algunos tejidos son más ricos en colágeno: piel, tendones, huesos, cartílagos y vasos sanguíneos. Una forma simple de obtener colágeno es hervir los restos de carnes y huesos, al enfriarse el caldo obtenido se transforma en gelatina, esto lo observamos cuando refrigeramos un “sustancioso” caldo de gallina, aguadito de pollo, caldo de pata o un sancochado, por ejemplo.
¿Si obtener colágeno es tan barato, por qué es un producto caro?
Como vimos, el colágeno se puede obtener de los despojos de carnicería; no tendría que ser un producto caro. Aquí es donde entra en juego la pseudociencia y el mercadeo: tratar de mostrar evidencias de efectividad donde NO las hay. Para ello los mercaderes del colágeno se basan en conocimientos científicos superfluos apoyados por “voces expertas” y testimonios aislados de usuarios.
¿Por qué no sirve tomar colágeno si es una sustancia muy importante en nuestro organismo?
Por una sencilla razón: el colágeno es una molécula gigantesca como para poder atravesar y ser absorbida por las paredes del intestino. Si el organismo necesita colágeno, está proteína es formada a partir de unos aminoácidos (partes de proteínas); un organismo sano formará el colágeno necesario.
¿Y el colágeno hidrolizado?
Esta es otra patraña de la industria: romper al colágeno en sus tres componentes (aminoácidos) con la esperanza de ser absorbido y reconstituido como rompecabezas que se arma al azar; imposible garantizar que se forme colágeno porque las células pueden usar las piezas para armar (sintetizar) cualquier otra proteína necesaria.
¿Cómo surgió el mito?
El colágeno inyectable se usó mucho para rellenar las arrugas de la piel y como un paliativo para la artrosis (desgaste articular), su empleo ha caído en desuso pues se asocia a muchas reacciones alérgicas, por lo que ha sido sustituido por el ácido hialurónico. La industria farmacéutica ni tonta ni perezosa utiliza ello como una “evidencia”, pero se “olvida” de algo fundamental: que el colágeno NO SE ABSORBE; allí empieza la gran falacia.
¿Ha demostrado la ciencia que la ingesta del colágeno ayude a: retrasar el envejecimiento, mejorar la piel, articulaciones u otras propiedades tan difundidas?
En los años 2011 y 2013 la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria realizó sendos estudios en los cuales no encontraron evidencia de efectividad del consumo de colágeno hidrolizado para mejorar el estado de las articulaciones ni tampoco en mejorar la textura ni cantidad de arrugas en la piel; en cristiano, como decía mi abuela, TOMAR SUPLEMENTOS DE COLÁGENO CARECE DE EFICACIA, NO FUNCIONA.