La caída del cabello constituye un motivo de consulta cada vez más frecuente. El perder cabello en cantidades desacostumbradas embarga al paciente de un gran temor ante una calvicie inminente. Felizmente, en la mayoría de los casos se trata estados transitorios.
Normalmente perdemos entre 50 a 100 cabellos por día. El cabello cumple un ciclo crecimiento, reposo e involución; todo el ciclo dura entre 3 a siete años.
Alopecia es sinónimo de caída del cabello incrementada y, en grado extremo, calvicie. Las alopecias se dividen en: cicatrizales y no cicatrizales. Las más frecuentes corresponden al segundo grupo, por lo que las desarrollaremos en el presente artículo.
EFLUVIOS: (Fig 1) Pérdida capilar precedida por situaciones diversas: parto, infecciones severas ( durante la pandemia vimos muchos casos pos COVID-19), enfermedades sistémicas, dietas rigurosas, cirugías, quimioterapia, anemia cónica, etc. Son reversibles, después de algunos meses de cesado el desencadenante o corregido el defecto, mejoran.
ALOPECIA ANDROGÉNICA: (Fig 2) Adelgazamiento progresivo del cabello y caída subsiguiente. Producida por sensibilidad incrementada a hormona masculina (hormona en cantidad normal actúa en algunas zonas de piel cabelluda, actúa como si estuviese elevada; el factor genético es también importante. Afecta a varones y mujeres, aunque con diferente patrón; la severidad se evalúa mediante escalas. Los tratamientos de elección son: minoxidil oral y loción, finasterine , dutasteride y espironolactona. Los estudios y nuestra experiencia nos ha permitido manejar exitosamente casos moderados e intensos con terapia oral. Los casos severos o con poca respuesta son candidatos a los microinjertos capilares y las reducciones de piel cabelluda.
La mesoterapia o el plasma rico en plaquetas son tratamientos controversiales debido a su limitada eficacia y alto costo.
ALOPECIA AREATA: (Fig 3) Caracterizada por zonas calvas y ovaladas, en casos severos pueden progresar; sin embargo, en la mayoría de ocasiones resuelven solas. Producida por una reacción autoinmune: es el propio organismo que “desconoce y ataca la raíz capilar”, produciendo una inflamación severa y caída del pelo. Para disminuir la duración de las molestias se puede infiltrar con corticoides diluidos.
TIÑA CAPITIS: (Fig 4) Hongos que afectan a niños, se evidencia zonas escamosas con cabellos rotos; es raro que afecte a jóvenes o adultos. De tratamiento prolongado en forma de tabletas; las cremas no funcionan.
TRICOTILOMANÍA: Se presenta en pacientes con problemas emocionales o de conducta. Al examinar encontramos zonas de cabello roto, de distintos tamaños y ausencia de escamas. El apoyo psicoterapéutico es de gran importancia.
Advertimos a lector sobre el uso de: vitaminas, champúes anticaída, tónicos capilares, desintoxicantes, energizantes, lociones nutritivas, ampollas revitalizadoras, cremas fortificantes, etc. Estos productos se publicitan en distintos medios e internet: CARECEN DE EFECTO. Al respecto en una revisión publicada en Clínicas Dermatológicas de Norte América se concluye que dichos productos además de carecer de efecto son más caros que los productos de eficacia demostrada por rigurosos estudios científicos y aprobados por la FDA (organismo en cargado del control de medicamentos en U.S.A).
Para finalizar y a modo de conclusión diremos que la caída del cabello tiene múltiples causas, una historia clínica minuciosa y un adecuado examen físico realizados por un especialista son importantes para decidir el mejor tratamiento.