Rutina es algo que se realiza y repite de modo habitual, sin reflexión ni decisión alguna. Desde hace algunos años es práctica muy difundida el realizar rutinas del cuidado la piel. Las redes sociales se han encargado de divulgar el oropel bárbaro: " skin care" para referirse a dichas prácticas.  Sea por recomendación de reconocidos especialistas o de remunerados "influencers"  estas rutinas cobran cada vez más adeptos. Podría decirse que entre la masa feisbuquera,  tiktokera o intagramaniana el presumir de  un "skin care" abigarrado y costoso es considerado signo  distinción y  caché.

Pero, reflexionemos: ¿Son en realidad necesarias estas secuencias multicolores, recargadas, incoherentes, onerosas y superfluas?

Todos los dermatólogos sabemos que el abc del cuidado de la piel lo constituyen: la limpieza, la hidratación y la fotoprotección  solar. Sabemos también que a más medicamentos o  cosmecéuticos ( híbridos de medicamentos y cosméticos)  menor será el cumplimiento o adherencia por parte del paciente; sea por confusión, aburrimiento o limitaciones económicas. A su vez, más cosmecéuticos implica "asfixiar a la piel" y mayor riesgo de efectos colaterales o complicaciones como: dermatitis por contacto, brotes de acné, manchas, etc. Estos fundamentos dermatológicos son practicados cada vez con menos solencia;  tan insólito es el correcto actuar que ha surgido el neologismo " minimalismo dermocosmético" para referirse al uso  juicioso de la menor cantidad de productos, prescindiendo de los superfluos y redundantes; " menos es más". Son causas del florecimiento de  las rutinas  desmedidas: la presión y recompensa de la industria farmacéutica y, en algunos casos, la insistencia de los pacientes mismos previamente aleccionados por las redes.

NUESTRA PROPUESTA: Acorde a los principios dermatológicos, evidencia científica y experiencia profesional, nuestra propuesta se resume en lo siguiente:

A. LIMPIEZA: El limpiador más seguro, efectivo y barato es el agua, resulta específicamente útil en casos de pieles irritadas o resecas. Cuando usemos jabones elegiremos los que no sean exfoliantes ni antibacterianos y priorizaremos las áreas de sudor graso: axilas, genitales y pies. Aunque existen " jabones suaves"  sin detergentes, sus precios elevados (alrededor de quince veces el precio de los jabones comunes) no son proporcionales a sus beneficios,  considerándolos de uso limitado.

B. FOTO PROTECCIÓN SOLAR:   Evitar la exposición en las horas de mayor brillo solar, el uso de sombreros, gafas y prendas de manga larga nos permite ahorrar muchos soles en filtros solares. Los filtros fotoprotectores varían en presentaciones, coberturas y texturas. Debemos evitar las cremas en pieles acneicas; en personas muy susceptibles se debe preferir los minerales o aquellos con cobertura ultravioleta B y A.

C. HUMECTACIÓN: El uso de cremas se debe  circunscribir a pieles o áreas secas; en pieles grasas deben evitarse pues podrían desencadenar acné. Aunque las hay muy costosas existe alternativas como la vaselina u otras más asequibles; los aceites vegetales son una buena opción para pieles extremadamente resecas.