Son manchas oscuras que cubren, a modo de paños, ciertas zonas de la cara. Son muy comunes en nuestra población (principalmente en mujeres jóvenes y adultas).
FACTORES:
A. Predisposición genética. B. Exposición al Sol o a fuentes de luz visible.
C. Hormonales: uso de anticonceptivos, embarazo, enfermedades tiroideas.
D. Dermatitis previas.
MITOS: Es muy común que los pacientes y algunos médicos atribuyan las manchas faciales a “enfermedades del hígado o la sangre” lo cual es incorrecto. El origen del mito que relaciona melasma e hígado parecería ser el que en los primeros estudios realizados por dermatólogos alemanes se las describía como “manchas color del hígado” aludiendo a su coloración marrón; al parecer un error de traducción las habría nombrado como “manchas del hígado” con lo cual dicha aseveración se ha mantenido equivocadamente hasta nuestros días.
TRATAMIENTO: El tratamiento se fundamenta en evitar los factores desencadenantes. Para ello el paciente debe ser conciente que de no cuidarse del Sol ningún tratamiento rendirá frutos. Los fotoprotectores solares deben ser recomendados por dermatólogos según el tipo de piel del paciente y para asegurarse de un correcto uso; los sombreros y lentes son una buena alternativa o complemento. Se utiliza sustancias despigmentantes (“aclarantes”) al acostarse, pero siempre en asociación a un fotoprotector por la mañana y tarde pues los despigmentantes provocan irritación en la piel con lo cual podrían ocasionar nuevas manchas de no tomarse los cuidados respectivos. 👀👀😯🔴Aunque se ha promocionado mucho, los láseres y en especial el LÁSER Q switch, estos equipos NO sustituyen a los despigmentantes, la inversión es muy alta (unas diez a quince veces más), la efectividad es similar o menor y las recaídas a largo plazo son frecuentes.
En suma, el tratamiento debe ser brindado por el dermatólogo instruido y experimentado quien orientará al paciente de los cuidados pertinentes así como eligirá la fórmula despigmentante más adecuada de modo personalizado.