MICOSIS CUTANEAS: UN PROBLEMA VIGENTE
Dr. CHERNAN ZAPATA GRANJA.
Las micosis cutáneas o dermatomicosis (infecciones de piel, cabello y uñas que son causadas por hongos) constituyen una de los motivos de consulta más frecuente en nuestro medio. El verano es la estación en la cual la aseveración anterior toma mayor vigencia ; por tal razón nos parece pertinente desarrollar de modo sencillo y práctico el tema.
¿Qué zonas del cuerpo pueden ser afectados por los hongos?
La piel (lampiña y piel cabelluda) y las uñas son lugares susceptibles de ser infectados. En cuanto a piel “lampiña”, las regiones inguinal y submamaria son zonas predilectas. Respecto a uñas, son las uñas de los pies las más afectadas aunque no es raro observar compromiso en manos.
¿Existe algunas características que nos oriente a sospechar de dermatomicosis?
Sí, aunque a veces es difícil discernir, existe algunas pistas que orientan al dermatólogo: en piel lampiña, lesiones escamosas, en forma de anillos que recuerdan al borde de una hoja de geranio y escozor asociado; en planta de pie, escozor, escamas finas, fisuras y vesículas (ampollas pequeñas); en piel cabelluda, escamas gruesas, cabellos rotos, escozor y supuración; en uñas, cambios en el grosor, color y forma. Como vemos son muchos los datos que nos orientan, por eso remarcamos: escozor no es sinónimo de hongo. Existe muchas lesiones que el ojo poco entrenado puede confundir con hongo, nosotros llamamos a ello diagnóstico diferencial: alergias por el sol, psoriasis, alergias por contacto con sustancias externas, rascado crónico, piel reseca, etc.
¿De dónde nos contagiamos y qué factores contribuyen a ello?
Las fuentes de contagio pueden ser: personas o animales (perro, gato , conejos, etc.) y el suelo; las plantas constituyen reservorios poco frecuentes. El andar descalzo, intercambiar objetos contaminados (zapatos, cortauñas, medias y toallas), el hacinamiento y la humedad corporal excesiva son algunos de los factores más importantes. En otros casos se trata de hongos que normalmente habitan en nosotros pero que ante ciertas condiciones (humedad local incrementada, obesidad, uso no apropiado de antibióticos y enfermedades asociadas) proliferan de manera excesiva y ocasionan problemas.
¿Cómo prevenir el problema?
Evitar los factores que contribuyen al contagio es la clave. Usar zapatos de cuero o en su defecto, plantilla de cuero, evitar el uso de zapatillas, no intercambiar objetos potencialmente contaminados (zapatos, cortauñas, medias y toallas), usar medias y ropa interior de algodón y cuidar adecuadamente a nuestras mascotas. Respecto al hacinamiento, es un punto que debería corregirse para ello es importante el trabajo conjunto de autoridades y población organizada.
¿En qué consisten los tratamientos?
Dependiendo de la severidad del cuadro los tratamientos consistirán en cremas, lociones o tabletas. Nos referimos a los antimicóticos puros, enfatizamos lo de puro pues existe en el mercado farmacéutico una infinidad de los llamados trifármacos (cremas que combinan: antimicótico, antibiótico y corticoide) que al ser usados complican la situación pues pueden ocasionar alergias y lo que es peor, perpetúan y agravan las lesiones. Tampoco debemos usar corticoides, pues estos fármacos ocasionan que una lesión se extienda (tiña corticoestropeada), además de los daños colaterales sistémicos y en piel . En algunas ocasiones se podrá asociar un antibiótico si es que se considera que existe infección bacteriana asociada.En la actualidad estamos realizando tratamiento con Láser Neodimmio YAG, con buenos resultados.
¿Lo anterior quiere decir que no hay tratamientos en “ampollas” de uso corriente para que la respuesta sea más rápida?
No. Los antimicóticos parenterales ( “ampollas”) se reserva para casos muy graves y se realiza en pacientes hospitalizados por los riesgos asociados y porque sólo se aplica en casos seleccionados en hongos que dan compromiso sistémico que compromete la vida. Muchas veces lo que se aplican los pacientes son corticoides, con lo cual se ocasiona un grave daño.
¿Qué de especial tiene el tratamiento de uñas y piel cabelluda?
En estos casos se trata de terapias prolongadas mediante antimicóticos orales. En estos casos las cremas tienen un mínimo efecto, por lo que deben ser evitados. Respecto al tratamiento de las uñas se ha realizado grandes avances; en tal el sentido se ha logrado alta efectividad en la curación y se ha disminuido las recaídas y la duración de las terapias.
Como vemos, pese a tratarse de un problema de salud frecuente, existe una gran desinformación respecto a las dermatomicosis y un punto que contribuye a profundizar el problema es una costumbre muy arraigada y nociva en nuestra población: la automedicación, práctica que en muchas ocasiones complica el problema y posterga una curación temprana y oportuna.
Esperamos, amigo lector, haber contribuido a despejar algunas dudas sobre un tema vigente y muchas veces soslayado.