El paso de los años, el daño solar, las variaciones en el peso y la predisposición familiar contribuyen a que presentemos ese aspecto de mirada cansada o triste expresada por nuestros párpados redundantes, caídos o hinchados.
Dentro de las afecciones estéticas de los párpados, son dos las de mayor motivo de consulta: exceso de piel y las llamadas, bolsas de grasa.
La blefaroplastía es la cirugía correctora de párpados superiores o inferiores.Aunque son muchas las técnicas quirúrgicas en blefaroplastía se pueden resumir en dos:
Blefaroplastía transcutánea: aquella que se realiza mediante incisión y retiro de piel redundante. Aunque inicialmente deja cicatriz, ésta se vuelve imperceptible con el paso del tiempo ya que se camufla en las líneas palpebrales. Está indicada de modo especial en los pacientes con exceso de piel, además permite disecar mejor las bolsas de grasa.
Blefaroplastía transconjuntival: llamamos conjuntiva a la envoltura más superficial del ojo; conjuntiva palpeblal es la correspondiente al párpado. En este caso, la incisión se realiza en la parte interna, por dentro, del párpado inferior. Mediante está técnica podemos retirar las bolsas grasas, está indicada en los casos donde no hay exceso de piel.
Ambas técnicas se realizan con anestesia local, los puntos , en el caso de la técnica transcutánea, se retir an a los cinco o siete días; en la técnica transconjuntival no se utiliza sutura.
Las complicaciones son: hematomas, infección de herida, cicatrices inestéticas, ectropión (dificultad para cerrar el párpado en ocasiones acompañado de lagrimeo) y una mirada con aspecto de asombro. Con una técnica adecuada estas complicaciones son mínimas o nulas.
Antes de una cirugía, como siempre, debemos discutir con el paciente los pro y los contras del procedimiento y así elegiremos la mejor alternativa quirúrgica con ello obtendremos resultados satisfactorios