Es una enfermedad en la cual existe una producción acelera de queratinocitos (células principales de la piel) y descamación rápida, asociadas a inflamación. Se caracteriza por lesiones escamosas blanquecinas que al ser rascadas sangran. Suele localizarse en codos, rodillas, piel cabelluda y uñas; aunque cualquier zona del cuerpo puede ser afectada.
Se desconoce la causa exacta. Existe teorías que hablan de autoinmunidad: respuesta exagerada del propio organismo que ataca a la piel lo que produciría la enfermedad. Los factores desencadenantes son: traumatismos (golpes, rascado, quemaduras, cirugía, etc), drogas (algunos antihipertensivos, antimaláricos, litio) e infecciones de piel. En algunos pacientes existe una predisposición genética. Se ha visto asociación entre: psoriasis, sobrepeso y diabetes.
Debe quedar en claro que la psoriasis no es: infecciosa, contagiosa, mal de la sangre, cáncer ni es afectada por la dieta.
TRATAMIENTO:
El tratamiento es individualizado y es dado por el dermatólogo. La terapia local y tópica (cremas, lociones, champúes) se utiliza en los casos localizados y/o leves: corticoides alquitrán de hulla, ácido salicílico, urea, vaselina, antralina, derivados de la vitamina D, etc. En los casos graves o de poca respuesta se prefiere la terapia sistémica: metotrexato, acitretina, ciclosporina y fototerapia.
Terapia biológica: modernos medicamentos que actúan como desinflamantes efectivos y específicos. Tenemos experiencia en casos severos y refractarios, son fármacos incluidos en las coberturas de seguros de salud ya que son de elevado costo. Si usted tiene psoriasis severa o refractaria y tiene seguro de salud, la terapia biológica es una buena opción a considerar.
Muchas veces la psoriasis es empeorada por la automedicación o mal tratamiento, ocurre especialmente cuando el paciente utiliza inadecuadamente los corticoides (locales o sistémicos): incremento de peso, estrías, colesterol elevado, presión alta, mayor riesgo de diabetes, propensión a fracturas, cataratas y, lo más temible, dependencia del medicamento con exacerbación y agravamiento de las lesiones al suspenderlo.
El objetivo del tratamiento es mantener al paciente con el menor número de lesiones posibles, mejorar su calidad de vida, esto se consigue con la educación y disciplina del paciente y el trato integral de su dermatólogo.